Busca a Tu siervo

Basado en el último versículo del salmo 119, "Busca a Tu siervo" se esfuerza en mostrar la realidad espiritual de la relación del hombre con Dios expresada en personajes del Antigüo y Nuevo Testamento. Reyes, profetas y apóstoles desfilan en las líneas de ésta obra, cada uno llevando su testimonio de completa incapacidad humana e insuficiencia espiritual para lograr buscar a Dios y/o cumplir Sus encomiendas. Más lejos de abandonar la obra de Sus manos y dejarla abandonda en las penumbras de la desolación eterna, el Señor del Universo se lanza a la búsqueda de ésta, paciente y amorosamente, echando tras Sus espaldas la carga de pecados y rebeliones de los destinados a la salvación, obra que Su Hijo Jesucristo llevaría a compleción en el tiempo señalado. El Buen Pastor buscará y encontrará lo Suyo, aunque se extraviare como oveja errante, porque estaba escrito: "De los que me diste, ninguno de ellos perdí (Juan 18:9)".