Una Palabra para cada día

Quizás no sabemos ni quiénes somos ni a dónde vamos. Y sin esas referencias nuestro rumbo gira como veletas al viento. Hoy nos mueven para aquí, y mañana para allá. Debemos serenar la mirada y en el silencio de la noche encontrar caminos de justicia, paz y verdad. Porque hay un camino que Jesús de Nazaret ha tenido la osadía y valentía de señalarlo en Él mismo. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nos dice. Y quién se atreve a decir eso, o está loco o es el Verdadero Camino, Verdad y Vida. Su Vida lo deja claro, Él es el Mesías, el Hijo de Dios Vivo que da testimonio de su Palabra con su propia Vida. En Él se cumple todo lo profetizado que termina con su Resurrección, fundamento de nuestra fe. Una Palabra para cada día trata de buscar ese camino en el Verdadero Camino que es Jesús. Cada día Él se nos hace presente en su Palabra. De nosotros dependerá poner atención y escucharla, y en Manos del Espíritu Santo tratar de discernir que quiere de cada uno de nosotros.