…Y Me Seréis Testigos

El mover extraordinario del Espíritu Santo se puede percibir en el cuerpo congregacional del Mesías Redentor, que es la expresión directa y viva, tanto en las iglesias locales como en la universal. Así, el testimonio de una persona que ha recibido lo que el Espíritu Santo da en el proceso de redención, confirma la autoridad y el poder de Dios. Porque la iglesia es una congregación de creyentes en una comunión amorosa en el Espíritu favorecida dentro de la soberanía de Dios. El testimonio personal habla desde la esencia de una vida y desde los acontecimientos de una cotidianidad, en el tiempo particular de su existencia. Quien ha sido tocado por el mover del Espíritu Santo, ha sido escindido en lo más interno de su ser y sabe de la diferencia en lo más profundo de su conciencia y de su espíritu: Quién era ese hombre del pasado y quién es el hombre renovado en el Espíritu. Esta es una verdad incuestionable porque es íntima y personal, la persona sabe cómo fue ese encuentro y lo que se abrió en el mover del sentido de su vida como algo innegable y sobrenatural. Es el sello de una afirmación maravillosa que está unida a la gracia inmerecida recibida del Señor.